martes, 21 de junio de 2016

¿Nanotecnología?


Nanotecnología

La nanotecnología, es el estudio y desarrollo de sistemas en escala manométrica, "nano" es un prefijo del sistema internacional de unidades que viene del griego νάνος que significa enano, y corresponde a un factor 10^-9, que aplicado a las unidades de longitud, corresponde a una mil millonésima parte de un metro es decir 1 nanómetro, la nanotecnología estudia la materia desde un nivel de resolución manométrico, entre 1 y 100 nanómetros aproximadamente, hay que saber que un átomo mide menos de 1 nanómetro pero una molécula puede ser mayor, en esta escala se observan propiedades y fenómenos totalmente nuevos, que se rigen bajo las leyes de la mecánica cuántica, estas nuevas propiedades son las que los científicos aprovechan para crear nuevos materiales o dispositivos nanotecnológicos, de esta forma la nanotecnología promete soluciones a múltiples problemas que enfrenta actualmente la humanidad, como los ambientales, energéticos, de salud, y muchos otros, sin embargo estas nuevas tecnologías pueden conllevar a riesgos y peligros si son mal utilizados.



Esta ciencia aplicada se desarrolla a nivel de átomos y moléculas. La química, la biología y la física son algunos de los campos de aplicación de la nanotecnología, que aparece como una esperanza para la solución de diversos problemas.

Uno de los primeros pasos en el desarrollo de la nanotecnología ha sido la comprensión del ADN como un actor clave en la regulación de los procesos del organismo. Las moléculas, por lo tanto, demuestran ser determinantes en los procesos de vida.

El ADN es el material del que están hechos los planos de construcción de los seres vivos, por así decirlo. Pero también posee propiedades útiles para el sector de la electrónica. Entre ellas, destaca su capacidad de conducir una carga eléctrica. Esto lo convierte en la clave potencial para lograr desarrollar nuevos nanodispositivos electrónicos fabricables mediante un proceso que reúna máxima eficacia y bajo costo.




El equipo de Nongjian (N.J.) Tao, de la Universidad Estatal de Arizona, y David Beratan, de la Universidad Duke, ambas instituciones en Estados Unidos, ha conseguido manipular ADN para ajustar de forma más fina el flujo de electricidad que pase a través de él. Este logro brinda la capacidad de hacer que el ADN se comporte de formas diferentes, provocando que los electrones fluyan suavemente como lo harían a través de un hilo metálico conductor común, o haciéndolos saltar como en los materiales semiconductores que se emplean en nuestros ordenadores, teléfonos celulares y otros dispositivos.

Los resultados de esta línea de investigación podrían proporcionar un marco de trabajo para crear nanohilos de ADN más estables y eficientes, y para averiguar cómo podría usarse la conductividad del ADN para identificar daños genéticos importancia relevante que es necesaria en la medicina, para poder prevenir diferentes patologías.

Ahora bien, las hebras de ADN están hechas como si fueran cadenas, con cada eslabón conformado por una de cuatro bases moleculares, cuya secuencia codifica las instrucciones genéticas para nuestras células. Como las cadenas metálicas, las hebras de ADN pueden cambiar fácilmente de forma, doblarse, enroscarse y moverse a medida que colisionan con otras moléculas a su alrededor.

En distancias cortas, los electrones fluyen a través del ADN mediante el efecto de túnel cuántico, dispersándose deprisa como lo hacen las ondas de agua en un estanque. A través de distancias más largas, se comportan más como partículas e intervienen los saltos. Es como intentar cruzar un río, algo que puede hacerse con rapidez a través de un puente, o que también podría hacerse recurriendo a saltar de una roca a otra, si hay una cantidad suficiente de ellas asomando en la superficie del agua. Los electrones en el ADN se comportan de formas similares, dependiendo de la información química contenida en este último. 

Todos estos movimientos pueden alterar la capacidad de los electrones de viajar como ondas. Anteriormente se creía que los electrones solo podrían ser compartidos entre como mucho tres bases.

Valiéndose de simulaciones por ordenador, el equipo de Beratan encontró que ciertas secuencias de bases podrían mejorar el intercambio de electrones, llevando a un comportamiento semejante al de las ondas a largas distancias. En particular, estos científicos encontraron que apilar series alternativas de cinco bases de guanina (G) creaba la mejor conductividad eléctrica.


A continuación, el grupo de Tao llevó a cabo experimentos de conductividad en hebras cortas (de 6 a 16 bases) de ADN, que llevaban bloques alternos de 3 a 8 bases de guanina. Conectando su ADN de pruebas a un par de electrodos de oro, el equipo pudo controlar una pequeña corriente para medir la cantidad de carga eléctrica fluyendo a través de la molécula.



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