La
palabra "biotecnología" es el resultado de la unión de otras dos:
"biología" y "tecnología". Y es que la biotecnología es exactamente
eso: tecnología biológica. Si te paras a pensarlo, los seres vivos pueden ser
considerados maquinarias biológicas. Utilizamos maquinaria biológica en forma
de moléculas para movernos, obtener energía de lo que comemos, respirar,
pensar.
La biotecnología
consiste precisamente en la utilización de la maquinaria biológica de otros
seres vivos de forma que resulte en un beneficio para el ser humano, ya sea
porque se obtiene un producto valioso o porque se mejora un procedimiento
industrial. Mediante la biotecnología, los científicos buscan formas de
aprovechar la "tecnología biológica" de los seres vivos para generar
alimentos más saludables, mejores medicamentos, materiales más resistentes o
menos contaminantes, cultivos más productivos, fuentes de energía renovables e
incluso sistemas para eliminar la contaminación.
BIOTEGNOLOGÍA EN LA MEDICINA
El desarrollo de la Genómica y la
Proteómica, así como la aplicación de la Biotecnología a la Medicina,
permitirán identificar los genes que intervienen en las enfermedades con más
prevalencia y desarrollar fármacos que compensen la actividad de los genes
alterados en cada patología. Asimismo, los avances en la investigación
biotecnológica harán posible, antes de 2010, que pueda conocerse, por ejemplo,
qué propensión tiene cada individuo a cada tipo de cáncer y detectar tumores
antes de que existan, gracias a la posibilidad de examinar los 30.000 genes que
tiene cada ser humano.
Las cuatro áreas de investigación sobre salud humana en las que la Biotecnología tiene un mayor impacto son las relativas a diagnóstico molecular y pronóstico de enfermedades; desarrollo de fármacos; terapia celular e ingeniería de tejidos y, por último, terapia génica y vacunas génicas.
Las cuatro áreas de investigación sobre salud humana en las que la Biotecnología tiene un mayor impacto son las relativas a diagnóstico molecular y pronóstico de enfermedades; desarrollo de fármacos; terapia celular e ingeniería de tejidos y, por último, terapia génica y vacunas génicas.
La diferencia aportada por la
biotecnología moderna es que actualmente el hombre no sólo sabe cómo usar las
células u organismos que le ofrece la naturaleza, sino que ha aprendido a
modificarlos y manipularlos en función de sus necesidades. La biotecnología tal
como la conocemos actualmente empezó en los años 50 con el descubrimiento por
James Watson y Francis Crick de la estructura de la molécula de ADN* (ácido
desoxirribonucleico) que es donde se almacena la información genética (la
herencia) en todos los seres vivos.
La Biotecnología también
ha cambiado la manera en la que se diseñan las vacunas. Tradicionalmente, las
vacunaciones se realizaban inactivando el virus para el que se quería vacunar,
inyectándolo posteriormente en las personas. Ahora las vacunas se producen
mediante ingeniería genética y contienen moléculas aisladas que inducen la
respuesta inmune.
La terapia celular también
es biotecnología y consiste en el uso de células madre para tratar
enfermedades. Estas mismas células madre se usan en la ingeniería de tejidos,
que consiste en la construcción de sustitutos biológicos de órganos y tejidos
en el laboratorio. Un ejemplo de ingeniería de tejidos es la fabricación de
piel en el laboratorio para implantar a los quemados.
Una aplicación de la
biotecnología aún en desarrollo es la terapia génica, que consiste en la
introducción de material genético en las células de un ser humano para prevenir
o curar ciertas enfermedades.
Hasta
ahora, el desarrollo de las vacunas se limitaba a la utilización de agentes
infecciosos atenuados o muertos, pero la biotecnología ha comenzado a
revolucionar este campo ya que los investigadores pueden utilizar
microorganismos totalmente inocuos en las vacunas. Esto permite introducir
genes que determinan la producción de ciertos antígenos (obtenidos de
microorganismos causantes de enfermedades y que son determinantes de la
patogenicidad) en bacterias inocuas, las cuales constituyen, en sí mismas, las
vacunas, que permiten que el individuo vacunado pueda generar los anticuerpos
protectores necesarios para atajar una posible infección. Esta técnica facilita
la inmunización frente a enfermedades para las cuales aún no se habían
desarrollado vacunas satisfactorias, e incluso permite desarrollar vacunas que
protejan frente a varias infecciones simultáneamente. Dos ejemplos de vacunas
creadas por ingeniería genética son la vacuna frente a la hepatitis B y frente
a la rabia.
TERAPIAS GÉNICAS
Terapia
génica, inserción de un gen o genes en las células para proporcionar un nuevo
grupo de instrucciones a dichas células. La inserción de genes se utiliza para
corregir un defecto genético hereditario que origina una enfermedad, para
contrarrestar o corregir los efectos de una mutación genética, o incluso para
programar una función o propiedad totalmente nueva de una célula.
Los genes están compuestos de moléculas de ácido desoxirribonucleico o ADN (véase Ácidos nucleicos), y se localizan en los núcleos celulares. Las instrucciones que dirigen el desarrollo de un organismo están codificadas en los genes. Ciertas enfermedades como la fibrosis quística se deben a un defecto genético hereditario. Otras están causadas por una codificación errónea de un gen, de modo que las instrucciones que contiene están desorganizadas o cambiadas. El error en la codificación genética se produce cuando el ADN de la célula se está duplicando durante el crecimiento y división celular (mutación somática) y es frecuente cuando una célula se convierte en cancerosa.
La
aplicación de la terapia génica en la clínica se inició el 14 de septiembre de
1990, en el Instituto Nacional de Salud de Bethesda, Maryland, cuando una niña
de cuatro años recibió este tratamiento para un déficit de adenosin deaminasa
(ADA), enfermedad hereditaria del sistema inmunológico que suele ser mortal.
Debido a este defecto genético, la niña padecía infecciones recidivantes que
amenazaban su vida. La terapia génica en esta paciente consistió en el uso de
un virus modificado genéticamente para trasmitir un gen ADA normal a las
células de su sistema inmunológico. Después el gen ADA insertado programó las
células para que produjesen la enzima ADA de la que carecía, lo que hizo que
dichas células tuviesen una función inmune normal. Este tratamiento ayudó de
forma provisional a la paciente a desarrollar resistencia frente a las
infecciones.
Con el
tiempo, la terapia génica puede proporcionar tratamiento eficaz para muchas
enfermedades hoy curables, como la fibrosis quística, la distrofia muscular, y
la diabetes juvenil. Además, la terapia génica también es útil para tratar
muchas enfermedades que no son hereditarias, ya que la inserción genética puede
también programar una célula para realizar una función totalmente nueva. En la
actualidad se están estudiando varias terapias para trastornos de origen no
genético. Los investigadores están tratando de luchar contra el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA) mediante la terapia génica para conseguir
que las células sean genéticamente resistentes a la infección que produce el
SIDA. Se están realizando esfuerzos por medio de esta terapia para producir una
vacuna contra el cáncer. En el número de septiembre de 1996 de la revista
Nature Medicine, un estudio presentaba un tratamiento capaz de reducir los
tumores cancerosos. Parece que los tumores de pacientes con cáncer de pulmón se
redujeron o detuvieron su crecimiento cuando los científicos sustituyeron genes
defectuosos o ausentes por genes sanos.
El experimento clínico inicial desarrollado por
científicos con el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas en
Houston, demostró que la corrección de una sola alteración genética en las
células del cáncer de pulmón, puede ser suficiente para detener o hacer más
lenta su progresión. La terapia génica se empleó como procedimiento para
restaurar la función normal de un gen llamado p53 que tiene un importante papel
en el control del crecimiento celular. En el caso del cáncer, se cree que la
transformación de una célula normal en una célula maligna se debe a una serie
de anomalías genéticas. Las células hepáticas se están tratando con esta terapia
para ayudar al organismo a eliminar los excesos de colesterol que pueden
conducir al infarto de miocardio. Con el tiempo, la terapia génica será útil
para prevenir y tratar muchas enfermedades.
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